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Descripción
Los elementos de los sistemas de comunicación no verbales o
paralingüísticos (proxémicos, kinésicos o cronémicos) varían de una cultura
a otra, tanto como los elementos lingüísticos, siendo tan esenciales como
estos para conseguir una comunicación correcta. Partiendo de este hecho, se
presenta esta propuesta que consta de dos entregas (esta y «Tiempo
al tiempo: la relación con el tiempo en la diversidad cultural y sus elementos
paralingüísticos (II)» con cuyo trabajo en el aula se
persigue que los alumnos de lengua y cultura española:
- se
familiaricen con las particularidades de la concepción, administración
y uso del tiempo en la cultura española, con respecto a otras culturas,
tanto europeas como de otros continentes, así como con un conjunto de
saberes y comportamientos socioculturales referidos a la relación de
los españoles con el tiempo cronológico.
- sean
capaces de establecer comparaciones y nexos entre las culturas
representadas en el grupo, basándose en nociones relacionadas con el
uso del tiempo, como la puntualidad, la productividad, el llamado
«reloj biológico», los horarios de trabajo, los conceptos de previsión
e imprevisión, la concepción del tiempo como tiempo lineal y tiempo
cíclico, el uso del tiempo libre, el empleo y la distribución del
tiempo que hacen hombres y mujeres, etc.
- tengan
elementos para descodificar las pautas, heredadas generalmente de una tradición,
que fundamenta la relación de los españoles con el tiempo cronológico
y sean conscientes de que esas pautas pueden haberse visto alteradas
por cambios sociológicos, modas o influencias del exterior.
- reflexionen
sobre la validez de estereotipos y clichés culturales tan ampliamente
difundidos relacionados con el uso que del tiempo se hace en la
cultura española.
Las dos actividades que forman parte de esta serie han sido diseñadas
con una metodología de claro enfoque intercultural, de manera que el alumno
pueda referirse constantemente a idénticas situaciones en su propia cultura
y ampliar el análisis de las nociones cronémicas a otras culturas.
Los contenidos que se persiguen en esta serie están
recogidos en el Inventario de «Saberes
y comportamientos socioculturales», apartado 1.3. de la fase de
profundización del Plan
curricular del Instituto Cervantes, Niveles de referencia para el español (2006)
(Calendario: días festivos, horarios y ritmos cotidianos —concepto de
siesta, creencias y estereotipos relacionados con conceptos como madrugar,
acostarse pronto, trasnochar, etc. —).
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Introducción a la actividad
Antes de presentar ningún tipo de material, interroga al grupo, de una
manera informal, sobre sus observaciones en cuanto a la relación de los
españoles (o de cualquier otro país hispanohablante, si se da el caso) con
el tiempo. Pregúntales por:
horarios de comidas;
horarios del comercio;
horas de levantarse y acostarse ;
el mítico (y poco acorde con la realidad) «ritual» de la siesta;
horas en que es correcto o incorrecto telefonear, etc.
Si el curso se desarrolla en España, los participantes dispondrán
evidentemente de información más concreta, pero incluso si los alumnos
nunca han visitado España o cualquier país hispanohablante, dispondrán de
muchos elementos, frecuentemente tópicos, que aportarán materia para
enriquecedoras discusiones.
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Pasos de la actividad
1. Comienza planteando en el aula la
percepción del paso del tiempo, el envejecimiento, el estrés y la
agitación, lo que puede considerarse como una «pérdida de tiempo» en
distintas culturas y pídeles que reflexionen sobre si creen que la cultura
que llamamos occidental reacciona ante estos fenómenos de igual manera que
otras culturas más alejadas de la nuestra. Para ello, puedes proyectar en
una transparencia esta breve referencia. Seguro que dará pie a la reflexión
y al debate:
El diario francés Le Monde publicó el 14/01/08 una experiencia
realizada por un periodista que invitó a dos papúes de Nueva Guinea a
visitar Francia durante unos días. Entre otros comentarios interesantes,
encontramos los siguientes: «Los blancos nunca se paran, nunca se sientan.
Van y vienen sin cesar»; «Los blancos quieren parecer siempre jóvenes,
están siempre preocupados por su cara y por su cuerpo».
Sería interesante proponerles que, primero en parejas y después en gran
grupo, se pronunciaran sobre si están o no de acuerdo con la obsesión de la
eterna juventud que parecemos tener los occidentales. Para ello, puedes
formularles las siguientes preguntas:
¿Pensáis que los españoles/as también comparten esa obsesión por la
eterna juventud? ¿Y esa agitación por el hecho de no permitirse el lujo de
«no perder ni un segundo del tiempo»? ¿Por qué?
¿Pensáis que hace 40 ó 50 años los españoles ya reaccionaban así ante
el paso del tiempo o son actitudes importadas?
Si creéis que ha habido algún cambio en este sentido, ¿consideráis que
la influencia de la cultura estadounidense puede estar en el origen de
estas actitudes? ¿Por qué?
En vuestras culturas, o en otras culturas que conocéis, ¿existe la
agitación de la que hablan los papúes, enfocada a «no perder tiempo»?
2. Invita a tus alumnos a reflexionar sobre
los conceptos pronto y tarde, tan relativos de una
cultura a otra. Para ello, escribe en la pizarra estas dos frases:
¡Qué tarde me he levantado hoy!
¡Qué pronto hemos comido!
Anímalos a que en parejas, piensen en las franjas horarias que podrían
corresponder en la cultura del otro con el contenido de cada uno de los
anteriores comentarios, y a que después, entre ambos, apunten también las
que creen que se podrían dar o ser esperables en la cultura española.
Busca igualmente ejemplos de situaciones con los verbos tardar y
durar que se prestan, frecuentemente, a confusión y preséntaselas
a tus alumnos para continuar la reflexión. Por ejemplo:
¡Cuánto he tardado en llegar hoy a clase!
¡Cuánto ha durado hoy el trayecto para venir a clase!
¡Está tardando mucho en volver!
¡No tardes!
Se nos ha hecho tarde para cenar, para comer, para…
Después de una puesta en común en la que hayas recogido sus comentarios,
invítales a que sigan matizando culturalmente los conceptos pronto
y tarde (ahora vais a trabajar con lo que se entiende por demasiado
tarde/pronto). Para ello, sugiéreles que cada uno entreviste a su
compañero y le haga las siguientes preguntas:
¿Es correcto en tu cultura llamar por teléfono a una casa a las 7 de
la mañana, sin una causa urgente? ¿Desde qué hora de la mañana resulta
apropiado hacer una llamada?
¿Es correcto telefonear a alguien después de las 22.00 h? ¿Hasta qué
hora se puede hacer una llamada sin invadir la franja horaria no apta o
apropiada para recibirla?
¿Es correcto visitar a alguien a la hora de comer? ¿Por qué?
¿Se respetan en tu cultura las horas de la siesta en cuanto a visitas,
llamadas, etc.?
Da paso a las entrevistas. Insiste en que tanto si la respuesta es
afirmativa como negativa, deberán explicar las razones de las mismas.
Organiza una puesta en común para recoger sus comentarios. Anímales a
que compartan anécdotas (reales o ficticias) que podrían darse en la
cultura española o en su cultura si un extranjero llama a una casa cuando
toda la familia está durmiendo, o si realiza la visita a una hora
inapropiada, aunque en su país esa hora sea la apropiada para realizarlas.
Sugiéreles que elijan la anécdota más divertida para representarla en un sketch.
3. Localiza imágenes o viñetas para presentar
en transparencia a tus alumnos en las que se aluda al estrés de una ciudad
occidental en las horas punta (embotellamientos, metro, uso compulsivo del
móvil) y a la calma y al inmovilismo de un camellero en el desierto, un
monje tibetano orando o una campesina boliviana conduciendo sus rebaños de
llamas, por ejemplo. Puedes utilizar algunas que te presentamos en este enlace y utilizarlas para contextualizar el tema que
aparece en este otro texto:
«(…) Suena el despertador. El ciudadano salta de la cama, se ducha, se
afeita o se maquilla, desayuna café con leche y media tostada, sube al
coche, se mete en el atasco, llega a la oficina, sonríe al jefe, saluda a
los compañeros, revisa los papeles, habla docenas de veces por el móvil,
almuerza el plato del día, hay más papeles en el despacho, termina la
jornada, cierra el ordenador, se mete en el atasco, el portal, el llavín,
la casa, la mujer, el marido, los hijos, la noche, la cena, la televisión,
la cama. Y así un año y otro año, cumpliendo siempre las reglas con
palabras y gestos repetidos (….)».
Manuel Vicent (El
País, 13/01/08)
Como tarea para la explotación de este material de trabajo, pide a los
alumnos que piensen en una hora determinada en la que el protagonista del
texto pueda estar haciendo cada una de las acciones a las que se alude en
el mismo. Para ello, la clase podría dividirse en dos grupos, de manera que
unos hicieran la actividad pensando en que:
a) el protagonista del texto de Manuel Vicent vive en España
(grupo a);
b) el protagonista vive en cualquier otro país representado en el
aula (grupo b).
Después, como tarea, pídeles que imaginen hora a hora y siguiendo el
mismo esquema, la jornada de un(a) campesino/a en una cultura rural: India,
Marruecos, China, etc.
4. Comparte con los alumnos lo que piensan
algunos: que la humanidad se divide en dos grandes grupos, los madrugadores
y los trasnochadores. Interroga a tus alumnos sobre esta particularidad.
Anímales a que ellos mismos se posicionen en un grupo u otro por sus
hábitos a la hora de levantarse y de irse a dormir. Una vez que se hayan
definido, organiza el aula de manera que los dos grupos, se coloquen frente
a frente. Pídeles entonces que den razones por las que se sienten bien o
mal al madrugar o al trasnochar.
Aprovecha esta ocasión para presentarles estos dos refranes, A quien
madruga, Dios le ayuda y No por mucho madrugar, amanece más
temprano, que bien podrían servir para definir a cada grupo.
Pregúntales si existe el equivalente en sus respectivos idiomas, y
encárgales como tarea de investigación que localicen en Internet (http://castelldeferro.info/refranes/index.htm,
http://elrefranero.iespana.es)
refranes del español referidos al concepto del tiempo. Son muchos los que
podrían recabar en su investigación, por ejemplo:
Más vale llegar a tiempo que rondar un año.
El tiempo es oro.
Cualquier tiempo pasado fue mejor.
El tiempo todo lo cura, menos vejez y locura.
Ninguna cosa hay tan dura, que el tiempo no la madura.
Tiempo dormido, tiempo perdido.
Antes de hacer nada, consúltalo con la almohada.
A buenas horas, mangas verdes.
5. Pide a los alumnos que sigan trabajando en
los dos mismos grupos de antes y que escuchen la canción de Joaquín Sabina
«Y nos dieron las 10…», cuya
trascripción aquí te ofrecemos y proponles realizar las
siguientes tareas:
Apuntar las horas que se mencionan en la canción.
Decidir si las horas de las que se habla en la canción son del día o de la
noche.
Señalar a qué hora se acuestan y se levantan los protagonistas de la
canción.
Comentar si pueden relacionar algún aspecto al que se alude en la canción
con el uso del tiempo de los españoles en relación con los siguientes
temas: conciertos, cierre de los bares, horas de llegada a un hostal, etc.
En la puesta en común, recoge sus conclusiones y pregúntales si creen
que la canción narra una bonita historia de amor o no y que expliquen por
qué.
Como tarea final podrías encargarles buscar en su idioma, o en cualquier
otro, una canción de amor que les parezca igual de evocadora y que narre
una historia de amor fugaz en el tiempo.
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Comentarios
Esta actividad se puede llevar al aula también en los niveles C1 y C2.
Si hay alumnos francófonos en el grupo, para el paso cuarto se les puede
proponer que busquen en Internet y lleven al aula la conocida canción de
Jacques Dutronc Il est cinq heures, Paris s’éveille) y después de
oírla y de escuchar (o leer) su traducción, que imaginen las actividades
que pueden tener lugar en sus ciudades respectivas a las cinco de la mañana
de un día cualquiera, mientras ellos duermen.
También las canciones de Manu Chao hablan con frecuencia de las horas del
día, incluso en algunas de ellas se oye la sintonía característica de Radio
Reloj, de La Habana. Se podría pedir a los estudiantes que
investigaran y que intentaran encontrar el porqué de esta referencia. Por
su parte, el dominicano Juan Luis Guerra nos habla en su «Visado para un
sueño» de cómo un inmigrante vive como tempo lento la espera de un
visado ante la embajada de EE UU. Puede ser la ocasión de un interesante
debate sobre la espera y el sueño de la emigración/evasión.
La actividad permite revisar aspectos relacionados con su conocimiento
sociocultural en torno a expresiones relacionadas con el tiempo. Por
ejemplo, se les puede preguntar si saben a partir de qué momento del día se
puede decir en España buenas tardes y buenas noches, y en
función de qué criterio. También se pueden abordar en el aula el uso de
expresiones relacionadas con el tiempo (un rato, ahorita, un
momentito, ahora mismo, en un pispás, deprisa y corriendo, de uvas a peras,
ir pisando huevos, a toda pastilla, enseguida, ¡ya!, hace una eternidad),
así como la diferencia entre nunca y jamás.
Para el paso final, se puede llevar al aula otra canción de amor muy
conocida, relacionada con el paso del tiempo, «Reloj, no marques la horas…» , la que interpreta Lucho
Gatica, aunque existe también una versión del Trío Los Panchos. También se
podría trabajar con los alumnos la famosa «Yesterday» de los Beatles o con
«Pedro Pedreiro» de Chico Buarque, que cuenta la historia de un albañil
brasileño que transcurre su vida esperando.
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